Querida Nuria,
Quiero agradecerte por el tiempo, el apoyo, la comprensión y el amor que me has
dado en los últimos meses.
Durante las primeras semanas de embarazo, encontré tu apoyo y presencia
enormemente útil. Fue un primer trimestre desafiante y tus sesiones realmente
me ayudaron a conectarme a la tierra, así como a hacer que las náuseas y
el cansancio fueran mucho más fáciles de llevar.
Me ayudaste a reconocer y aceptar los enormes y poderosos procesos que estaban teniendo lugar en mi cuerpo durante el primer trimestre, un momento que a menudo se pasa por alto. En particular, valoré tu completa comprensión en este momento.
Sentí tu cuidado y cariño envolverme.
Cuando mi embarazo tristemente terminó en un aborto espontáneo, estabas allí.
Me ofreciste un espacio tranquilo para procesar, llorar y comenzar a sanar. Y aunque siempre sentí tu presencia, fue suave y sutil. Tuve espacio y el viaje fue mío.
El masaje, el tacto y el trabajo energético fueron preciosos y poderosos. Realmente me dio tiempo para estar con mi cuerpo y aceptar los cambios físicos y emocionales que estaban ocurriendo.
Igual de precioso fue el tiempo que me diste para hablar, reflexionar y procesar. Escuchaste con tanta apertura y compasión. Me sentí completamente escuchada.
También me ayudaste a encontrar formas de marcar y honrar el embarazo y la pérdida, y los cambios en mí como mujer.
Los últimos meses me han llevado a un viaje increíble y poderoso de amor, dolor, aprendizaje y crecimiento, de profundizar mi relación conmigo misma y con mi cuerpo, de admirar y respetar el delicado y hermoso viaje del nacimiento, la vida, la pérdida y la curación.
Jugaste un papel enorme en esto y te lo agradezco muchísimo.
Con mucho amor,
Gaby